Producto de una larga historia familiar de crímenes coronados con la violación en que fue concebido, Bertrand Caillet carga con los pecados de sus antepasados. Es un asesino, un caníbal, un sádico. Es un hombre lobo. Sin embargo, sus crímenes no son nada frente a la barbarie de la guerra franco-prusiana.
Crítica
Puntuación del crítico: 7
Está Mary Shelley, está Bram Stoker y está Guy Endore, que completó la trinidad terrorífica con su visión del hombre lobo. Sin intención de desanimar, la novela es un cruce entre las películas Hulk y Romasanta. No hay mordedura ni contagio, es una especie de Míster Hyde hereditario con rasgos lupinos. Además, la intriga acerca de si es un monstruo o sólo un perturbado dura hasta el final del libro, incluso más allá de la muerte del protagonista. Aunque es una novela excelente, decepcionará a la mayoría de aficionados a los licántropos porque no hay una transformación molona ni un final con armas de plata. En realidad es justo lo contrario de ese tipo de final testosterónico. Bertrand es prácticamente masticado y escupido por la sociedad, como en La naranja mecánica.
Ficha de Libro enviada por MANÍACO el 12 de Febrero de 2007